La violencia de pareja hacia las mujeres es un problema de grandes dimensiones, ya que se ha detectado en todos los países del mundo en los que se ha investigado y produce graves daños sobre su salud. Puede afectar a cualquier mujer, independientemente de su nivel de estudios, situación económica, edad, creencias o lugar de procedencia. Se sustenta en las desigualdades entre hombres y mujeres que se inician en etapas tempranas de la vida y se manifiestan con frecuencia en las primeras relaciones sociales.
Con esta introducción se presenta la Guía elaborada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y diseñada por la Dirección General de Salud Pública, a través de la cual se ofrece una serie de recomendaciones y pautas de actuación orientadas a prevenir la violencia hacia las mujeres desde edades tempranas. El documento, titulado Crecer y vivir sin machismo. Stop violencia hacia las mujeres, se dirige especialmente a familias, profesionales de la educación, de la salud y otros agentes sociales y comunitarios.
La guía se estructura en diversos apartados, en los que se abordan en detalle todos los aspectos implicados en la violencia hacia la mujer, analizando posibles factores de riesgo en la infancia («conductas en los niños que indican desprecio basado en la supuesta inferioridad física de las niñas y posibles agresiones para situarse en una posición de superioridad frente a ellas»), en la adolescencia («donde cambia la forma de manifestarse del abuso: el control de la adolescente por la pandilla masculina, los insultos alusivos a la servidumbre tradicional femenina, necesidad de satisfacción del deseo sexual propio sin contemplar el deseo de las chicas, los celos como instrumento de control, etc.»), y en la juventud temprana, para poner de relieve cómo los abusos hacia las mujeres pueden existir ya desde edades tempranas.
El texto expone también el relevante papel que juegan hoy en día las tecnologías de la información y su relación con los abusos, un hecho que constituye «una práctica habitual entre los jóvenes». Asimismo, teniendo en cuenta que, la mayoría de las veces, las adolescentes no solicitan ayuda, se recoge una serie de signos y señales de violencia de pareja masculina hacia las chicas, tanto en la víctima como en el agresor, y se expresa la trascendencia de mantenerse alerta ante estas señales y los problemas de salud que pueden conllevar, de cara a «actuar lo antes posible y evitar mayores daños a las chicas».
Ante todo lo expuesto, la autoría del documento subraya que la infancia es una etapa esencial para adquirir valores de respeto y de igualdad así como para desarrollar una actitud crítica frente a las desigualdades y la violencia hacia las mujeres. Estas actitudes de equidad y respeto iniciadas en la infancia, se señala, deben reforzarse en la adolescencia con el fin de que las relaciones afectivas entre chicos y chicas, que empiezan a establecerse en esta etapa, sean positivas, igualitarias y saludables.
Documento:
Crecer y vivir sin machismo. Stop violencia hacia las mujeres