La cultura de la violación puede definirse como la tolerancia socialmente aceptada hacia las agresiones sexuales. En los últimos tiempos es objeto de debate el consentimiento sexual; sin embargo, la violencia sexual y la violación dentro de las parejas todavía sigue siendo algo tabú y desconocido.
El corto «Je suis ordinaire» (Soy ordinaria), escrito y producido por Chloé Fontaine en 2017, aborda esta problemática, motivada por testimonios reales de amigas: «Me contó que una noche, al volver a casa con su pareja, todo iba bien hasta que se fueron a la cama. Él quería hacer el amor, ella no. Se puso a insistir, más y más. Ella siguió diciéndole que no le apetecía. Y él insistía. Ella me dijo: ‘Yo no quería nada pero era la única solución para que me dejara tranquila, ¿no?». Pocos días después otra conocida le contó un caso similar y cuando Fontaine le sugirió que eso se llama violación, ella le contestó: «No puede ser una violación. Es mi novio».
La propia Chloé Fontaine es la protagonista de la cinta, que apenas dura dos minutos. Rodado en blanco y negro, su título en francés (Je suis ordinaire) se ha traducido como Soy ordinaria, en el sentido de que se trata de una situación habitual: Soy una más. «Es una situación que tristemente ocurre mucho más de lo que parece».