La violencia de género es considerada actualmente por la Organización Mundial de la Salud como uno de los mayores problemas internacionales de salud pública. Algunas investigaciones sugieren que 1 de cada 4 mujeres son maltratadas en algún momento de su vida y se calcula que anualmente, en el mundo, entre 100 y 200 millones de niños y niñas presencian violencia entre sus progenitores/cuidadores de manera frecuente, destacando que no parecen existir diferencias significativas en cuanto al impacto psicológico entre las personas que son expuestas a violencia doméstica y las que son objeto directo del maltrato.
En los últimos años estas escandalosas cifras han vuelto la mirada de organismos y gobiernos hacia el problema, lo que ha impulsado el desarrollo legislativo y la aparición de medidas de protección integral y dispositivos de atención psicosocial a las víctimas. Sin embargo, hasta ahora el acento se ha puesto en las víctimas mayores de edad (la mujer víctima de violencia machista) incorporando a sus hijos e hijas como objetos de protección y no como titulares de derechos, desde una perspectiva de derechos de la infancia.
Seguir leyendo